Es un sistema alternativo (a la vía judicial) de resolución de conflictos.
La Mediación se focaliza principalmente en casos de familia (especialmente divorcios y rupturas de pareja), si bien también se una vía idónea para resolver otro tipo de conflictos familiares (entre padres e hijos, entre hermanos, etc.), como por ejemplo problemas con el reparto de una herencia y, en general, cualquier controversia o discrepancia de ámbito civil que afecte dos o más personas.
Hay que tener en cuenta que los daños y perjuicios que un procedimiento judicial -largo, costoso y con un gran desgaste emocional- puede provocar en los hijos menores de edad pueden ser graves y de consecuencias imprevisibles.
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